viernes, 30 de septiembre de 2011


LA NOVICIA REBELDE DE CARACAS.

Es un problema interesante este de diseñar una producción de este clásico de Rodgers y Hammerstein.
Por una parte, los productores, Escena Plus, querían una novicia clásica, bella y tradicional, ubicada en los lugares y época que todos esperamos (la ciudad de Salzburgo, la abadía de Nonberg, la casa Von Trapp, la sala de conciertos del festival de Salzburgo). Había que trabajar con la expectativa que tiene una gran parte del público que vio y adoró la versión cinematográfica con Julie Andrews.
Por otra parte, el director Vicente Albarracín y yo queríamos hacer una Novicia fresca, moderna, divertida, que tuviera impacto en venezolanos de todas las edades (porque es un espectáculo para toda la familia), que motivara su interés. Incluso el de aquellos que dicen ser alérgicos a los musicales.
El diseño de la escenografía intentó responder a ese dilema.

Hay un concepto importante y vigente detrás de la narrativa. La idea de que la música tiene un misterioso poder, capaz de transformarnos como personas, de cambiar la realidad que nos rodea. No es una idea nueva, claro. Nos acompaña desde el mito de Orfeo. Es el principio en el que se basa el Sistema del Dr. Abreu. En La Novicia, desde la frase inicial “the hills como alive to the sound of music” (en nuestra versión, “la música da vida a las montañas”), la música cambia la vida de los personajes. Reivindica a María, alborota la abadía, libera a los niños Von Trapp, humaniza al capitán.
A partir de esa idea-fuerza propusimos un juego teatral. El espacio, los objetos que lo delimitan y los que lo ocupan, cobrarían vida y se moverían con la música que genera la protagonista. De esa manera crearíamos las diversas locaciones que pide el texto pero además crearíamos secuencias de transiciones casi cinematográficas (como si la cámara acompañara la acción) y podríamos reflejar estados de ánimo (entusiasmo, desolación) de los personajes.
Para lograrlo creé una serie de elementos rodantes, caracterizados de manera diferente por cada lado, además de algunos elementos arquitectónicos y telones colgados de la tramoya. Todo movible. La inversión en ruedas de primera calidad (silenciosas, seguras, resistentes) fue altísima!
BOCETOS. haga click sobre las imágenes para verlas a pantalla completa














































































Para operar esos cambios, Vicente sumó al libreto unos personajes de su creación: los Salzburgueses. Un grupo compuesto por bailarines y tramoyistas que serían capaces de mover todo, a vista del público, con precisión musical y exactitud espacial (para cuadrar con el enfoque de la iluminación).
El desafío de una producción pensada de esta manera era tener la escenografía construida a tiempo para ensayar todos los movimientos hasta la perfección en un espacio acorde al tamaño del escenario del Teatro Teresa Carreño. Un esfuerzo titánico en las precarias condiciones en la que trabaja el teatro en Venezuela. El riesgo de fracaso era grande. Paredes chocando, escenas incompletas o torcidas, actores atropellados, retrasos y baches en la acción, todo podía pasar si no se lograba la perfección!
El resultado, al final de un proceso no exento de dificultades, fue feliz. El público disfruta de ver un gran lego cinético en acción. Participa, desde sus butacas, de un juego que es a la vez teatral, musical y plástico.
La gente de teatro con frecuencia decimos que el verdadero espectáculo ocurre en los intermedios y en las transiciones, en el backstage. Ahora le descubrimos todo eso al público.
De cierta manera, esta escenografía es un tributo al teatro, a sus mecanismos y, sobre todo, a sus artífices, los técnicos teatrales
Aquí están los amigos que lo hicieron todo posible,
Construcción: Jesús Alberto Rojas (A-1 Realización), Ramón Pérez Pina (Producciones Setting).
Pintura escénica: Jesús Barrios.
Tallas: Oscar Fernández.
Plantas artificiales: Raymer Díaz, 100% Grama.
Asistentes de utilería y escenografía: Louran Sbarra, Kyra,
Los Salzburgueses:
Montaje: personal del Teatro Teresa Carreño al mando de Luis Marcano Patiño.
Gracias a Luisa Fermín y Miguel Issa, del Teatro Teresa Carreño, por permitirnos el tiempo y el espacio para hacer realidad este montaje.
ENTRADA EN CONSTRUCCIÓN. PRONTO: BOCETO Y FOTOS.

martes, 13 de septiembre de 2011

ÚLTIMA HORA: SE EXTINGUEN LOS DINOSAURIOS. Sobre las exposiciones Mundo Jurásico y Dinosaurios en el Parque.
































Hace un año y pico, en junio del 2010, recibí una llamada de mi amiga Elena Otero, una de las jefas de la firma Evenpro. Me pedía que la asistiera en la producción de una exhibición de dinosaurios animatrónicos que estaban trayendo a Venezuela. Nada de diseño, producción, me aclaraba Elena. La cosa venía complicada por el tamaño del proyecto y por la relación entre los proveedores mexicanos, creadores de los animalitos, y españoles, que habían montado exitosamente la exposición en su país.
A mi el proyecto me encantó desde el principio. 35 dinosaurios de tamaño real, robotizados, con movimientos y sonidos realistas. Yo lo que quería era diseñar una experiencia tan grande, tan intensa, tan envolvente como esa. Afortunadamente entré como productor y, al salir el grupo español de la fórmula, me quedé diseñando.
Durante 15 meses he viajado por toda Venezuela con esta familia de monstruos y sus acompañantes humanos. Hugo Hernández y su equipo de Animatronix de México, que regresaron a Venezuela a programar y retocar sus criaturas en cada remontaje; Freddy Belisario y sus colegas, realizando y montando toda esta locura con el apoyo de Ramón Pérez Pina y Jesús Alberto Rojas (los tres mejores realizadores del país, juntos!); el descubrimiento de Wieslaw Funes, un coordinador de locación graduado de la experiencia del mundo del circo, quien junto a la super diligente Aída Fermín gerenciaron el día a día del evento; Elena Otero al mando, salvándonos siempre de la posibilidad del caos y el desastre que suelen acechar estas operaciones tan complejas en América Latina.
La experiencia en todas partes ha sido apasionante. La logística de los inmensos camiones y containers recorriendo el país, perdiéndose por los caminos, atravesando derrumbes y demás desastres. Grúas con brazos de 12 mts parando el tránsito mientras trasladan por el aire a los animales de los camiones a los locales donde estamos montando. En Caracas la grúa interrumpió un buen rato el tráfico aéreo del aeropuerto de La Carlota. El desafío de crear una exposición en toda clase de locaciones, casi todas centros comerciales no preparados para este tipo de eventos. Nos aprendimos de memoria todos los Centros Sambil y sobrevivimos a sus ferias de comida rápida. Docenas de trabajadores locales, caleteros, asistentes de montaje, electricistas, operadores de montacargas, aprendiendo en cada ciudad cómo se hace el montaje de los dinos y su ambientación. La curiosidad que genera el trabajo entre los vecinos y los peatones de la zona. Las noches y madrugadas de apuros antes de la apertura. Y, por supuesto, la alegría de los días de inauguración. La combinación de terror puro y entusiasmo de los chamos, descubrir la inmensa cantidad de expertos paleontólogos que hay entre ellos. Los padres felices y fastidiosísimos tomando fotos como locos. La gente leyendo cada rótulo con tanto interés.
Calculo que cerca un millón de personas vieron la exposición. Algunos piensan que fueron más. El cierre, en el Parque Los Caobos de Caracas, la única locación al aire libre, rompió toda posibilidad de conteo. Los Caobos es un lugar lleno de magia y misterio. Aquí el tema de la ambientación, que junto con la secuencia del recorrido, fue el foco de mi trabajo, se convirtió en la oportunidad de estudiar el parque y encontrar las mejores oportunidades para ubicar dramáticamente los dinosaurios. Crear sorpresas, generar curiosidad, articular lugares y momentos más intensos con otros más tranquilos. Coincidiendo con las vacaciones, y con el patrocinio de la Alcaldía de Caracas, miles y miles de niños desbordaron nuestras expectativas de asistencia. Me habría encantado abrir la exposición por las noches para jugar con la luz y la oscuridad, la niebla. Hasta tenía la fantasía de incorporar música electrónica para hacer una especie de rave jurásico. Lamentablemente la logística se nos complicaba demasiado.


































Este formato de las exposiciones masivas, con ambientaciones envolventes, teatrales, y recursos técnicos importantes (luz, sonido, video, efectos especiales), utilizando espacios urbanos interesantes, es un camino que me encantaría seguir explorando. Tenemos que rescatar las calles, parque y plazas que nos ha arrebatado la violencia!

Los dinos siguen vivos! Ahora, después de Caracas, Maracaibo, San Cristobal, Barquisimeto y Maracay, van a migrar a Valencia a fines del 2011.

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